miércoles, 16 de abril de 2008

07:56h.

Llevaba días con dolor de cabeza y mi estómago parecía un acordeón. Podría ser una resaca descomunal si hubiera bebido como para ello, pero no era el caso. Si además tuviera fiebre podría tratarse de una malaria, pero parecía que no. En cualquier caso decidí hacerme la prueba en cuanto terminara el trabajo.


11:39h.


Es curioso la de cosas que podían pasar en este sitio que nunca pasaba nada. Seguía con el dolor de cabeza y me fui a hacer la prueba de la malaria. Consistía en un pinchacito en el dedo para sacar una gota de sangre y en 30 minutos te daban la respuesta. Por esa gota de sangre salió parte de mi malestar. El dolor de cabeza se me fue. Me acompañaba Viola y la invité a un café mientras esperábamos el resultado. No era una obsesión, pero no es lo mismo detectar la malaria en los primeros días que cuando ya es demasiado tarde. Fuimos por el resultado. "NSE". Es decir “No se encuentra”. Lo que significaba que no había plasmodium en la sangre. Vamos, que no tenía malaria. Así que todo ok. Para que luego digan que la somatización es un cuento. Le dejé a mi amiga en la entrada de su oficina y me fui a comprar crédito para el móvil. Ahí me encontré con Yuma. Me quería vender alguna película pirateada por no sé qué empresa china. Después pasé por delante del “Palacio de la risa”, la delegación de Tráfico. Estaba de obras. Me vino a la cabeza mi carnet de conducir. Cuando me dieron el mozambicano tuve que dejar el español hasta que me fuera del país, que entonces devolvería el mozambicano a cambio del español ¿En cual de las cajas apiñadas a la entrada de la oficina en obras estaría? Llegaba de nuevo frente a mi ordenador para seguir trabajando cuando me encontré a Diaz. No tenía buena cara. Problemas personales que no dedo contar aquí lo agobiaban. Quedamos en seguir hablando. Por fin le podía devolver uno de los muchos favores que él me hizo. Escuchándole.


15:06h.


Comí con Nico. Y hablamos del viaje. Planificamos preparativos, ruta, horarios, compras. Logística. El sábado saldremos al medio día para llegar a dormir a Nampula. El segundo día será el más largo. A los dos nos hacía ilusión el viaje. A mí por doble y triple motivo. Después regresé a la oficina y trabajé hasta que me echaron. Hablé por teléfono con los amigos de la Unión Nacional de Campesinos para concretar una reunión con ellos el jueves de la semana que viene en Maputo. Se me volvió a terminar el saldo y me quedé con la palabra en la boca. Blasfemé.

19:01h.

Antes de ir a casa compré unos yogures para mi estómago triste y mis compañeros de piso. Al llegar me encontré con un nuevo inquilino en forma de cachorro de perro de un mes, cagón, llorón, lleno de pulgas y garrapatas y tan simpático que hasta me gustó. Sonó el teléfono. Era Oihan, el nuevo cooperante. “Mañana es mi cumpleaños” me dijo. Rápidamente había que organizar una cena para el día siguiente. Adolfo era la persona idónea para esos saraos, así que le llamé y respondió afirmativamente. Nunca fallaba este riojano. Mientras me preparaba algo para cenar, el lindo animalito se cagó en mi sandalia. Decidimos que ese nombre le iba. "Sandalia".


21:28h.
Me fui a la cama a escribir esto. Los aullidos de Sandalia no me dejaban concentrar. Edna me mandó un mensaje. Me echaba de menos. Concilié un sueño placentero interrumpido por lloros de cachorro, alarma de un coche, peleas de perros y zumbidos de mosquitos.


23:10h.


Un día más. Un día menos. Moçambique è lindo!

1 comentario:

Amaia dijo...

Hola Carlos,
Que tengas un buen viaje de reencuentro con tu amada a Maputo; y ya sabes, a tomar mucha nota de las aventuras para luego seguir enganchandonos a tus historias.
Un beso muy fuerte y suerte!